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Economía

La teoría económica no se equivoca

En los primeros semestres de economía, los estudiantes reciben temas de macroeconomía, es decir el análisis de la economía, sumando dos actores el gobierno y el comercio exterior.

Uno de los tópicos de esta rama de la economía, es justamente el estudio de los precios, dentro de la cual definimos la inflación como “un aumento sostenido y generalizado en los precios”

La inflación, según la teoría económica tiene dos orígenes uno, es la emisión desmedida de dinero, este fenómeno lo vimos de frente en los años 70´s y hasta mediados de los 80’s, en los que el gobierno de México se endeudo y al no haber banco central, él era el encargado de emitir billetes y pagar, sin respaldo, sus obligaciones financieras. Otra forma de generar inflación es: la escases.

Este fenómeno sucede como una de las formas más simples de autoajuste de los mercados de bienes y servicios, le explico: imagine al vendedor de zapatos de la colonia, por un lado observa que la gente busca comprar zapatos, pero sus inventarios están disminuyendo y nota además, que el suministro de zapatos tarda, por lo que comienza a subir los precios de los pares que le quedan en el almacén y con ello la demanda de zapatos se vuelve selectiva, es decir la gente de escasos recursos comienza a llevar sus zapatos al reparador de calzado y los que tienen más ingresos, compran a los nuevos precios.

Ahora imagine al productor de zapatos en Guanajuato, que al notar que sus clientes en la CDMX y en otros estados, le piden que les resurta de más zapatos y que además están dispuestos a pagar más caros los suministros; este hombre se frota las manos, contrata personal para trabajar a marchas forzadas y tratar de resurtir los inventarios de sus clientes; por esta razón la teoría económica sostiene que a mayor inflación menor desempleo, pero hasta un punto en el que el consumidor no puede comprar a los nuevos precios y la “bonanza” termina ¿Cuándo sucede esto? depende del mercado, el tiempo que haya pasado y qué tanto se elevó el precio, etc.

Sin embargo, en este momento tenemos que incluir una variable y esta es: las importaciones. Ese productor de zapatos, compra materias primas que están almacenadas en alguna parte del mundo, pero que no hay forma de llevárselas en el corto plazo hasta su fábrica. Estimado lector, esto es el efecto de la post-pandemia.

La razón de que no le puedan surtir a ese zapatero guanajuatense, es porque la cadena de suministro se rompió, el señor que maneja el tráiler de la bodega del productor en Taiwan o perdió su trabajo por la pandemia o en el peor de los casos, murió y es necesario sustituirlo, sólo que, al ser un trabajo especializado, el mercado (laboral) tarda en ajustarse.

Si usted suma a los productores y vendedores del país, tiene el efecto de la escases en el mercado, menos productos para una demanda alta, el mercado se ajusta subiendo los precios. 

Quizás ha notado esto en el supermercado, al tratar de comprar desde las tortillas (el 65% del maíz que consumimos es de importación) o hasta cuando quiere cambiar su laptop o las refacciones para el Xbox de su hijo igualmente están escasas y caras.

La abrumadora evidencia.

Cuando le digo que la teoría económica no se equivoca, y que no hay otros datos, es porque en este mismo sentido, la teoría nos dice que las personas más líquidas son las que más padecen los efectos de la inflación; se considera a alguien “muy líquido” cuando su riqueza es lo que trae en la bolsa del pantalón, y en nuestro país las personas más líquidas; es decir, personas que no tienen acceso a la banca representan más o menos el 70% de la población, con lo que podemos decir que lo que traen en la bolsa, pierde poder adquisitivo cada día.

Ayer 10 de mayo, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) publicó en su blog el análisis titulado “La inflación afecta más a las personas que menos tienen” que es un interesante estudio acerca de los deciles más bajos de la población, con relación a sus ingresos y cómo el aumento de precios, les está afectando de manera contundente en su capacidad de consumo; quien menos gana tiene una afectación del 8.7% en su poder adquisitivo mientras que los estratos de los deciles más acomodados de la sociedad, sólo del 7.8% o menos (le recomiendo su lectura).

A nivel granular, podemos decir que la educación y los bienes suntuarios son los que menos han aumentado sus precios y los alimentos se han encarecido de manera importante, y eso es lo que le está afectando a las clases más desprotegidas de la sociedad.

No es posible decirle a la gente que no coma, pero el Gobierno si podría dirigir sus apoyos de manera más eficiente y con ello paliar el daño a este estrato de la población.

El estudio del IMCO es una muestra magistral de que la teoría no se equivoca y que el mercado funciona para bien o para mal. En este punto hay que advertir, que si la teoría económica sigue funcionando como hasta hoy, no es una buena idea ni el control de precios ni el subsidio a los energéticos, pero de eso hablaremos en la próxima entrega, le saludo y le deseo buen ánimo, esta cuesta post-pandémica aún no ha mostrado su peor cara.

Mario Alberto Metacoach
Twitter @mhmetacoach

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