El 20 de noviembre, comenzaron oficialmente las campañas. Lo que hemos escuchado hasta este momento son dos discursos el de Xóchitl Gálvez, demasiadas buenas intenciones para salir de donde estamos y hacia donde podríamos ir, no hemos escuchado propuestas concretas.
Por otro lado está Claudia Scheinbaum, que reiteradamente nos habla de continuidad y en prácticamente todo lo que ha hecho esta administración, lo cual es preocupante. En este mismo sentido se suma el “discurso” del candidato de Movimiento Ciudadano, aunque aderezado de frases marketeras y posturas livianas.
Hasta hoy los mensajes han sido parcos, débiles y sin fondo, más bien estridentes emocionales y de corto plazo.
¿Valen la pena las propuestas?
Antes de responder, permítame ubicarlo a usted, no a los políticos. Usted cuando busca una vacante debe pasar varios filtros: de capacidad, experiencia, empatía con su futuro jefe y una serie de exámenes psicométricos y en algunos casos hasta un estudio socioeconómico y pruebas de confianza.
Cuando usted contrata a alguien le da seguridad social y un sueldo con base en las metas del puesto; por ejemplo, si va a contratar un vendedor de be colocar productos y venderlos (cobrar por ellos), si contrata una contadora, espera que le entregue reportes de liquidez, flujo de efectivo, estados financieros, etc. Si contrata un médico, lo menos que espera es que sea acertado en sus diagnósticos y todas estas contrataciones tienen un objetivo y un impacto en su reputación si éstos se equivocan o no hacen bien su trabajo.
En el juego electoral claro que valen las propuestas, porque son lo que compramos con nuestros impuestos, los gastos de campaña, transporte, alimentos, pago a asesores, ropa, etc. salen de lo que usted, yo y todos, pagamos de impuestos, por tal motivo nos debe interesar, qué es lo que propone cada candidata, pero no sólo lo que propone sino a lo que llamo: nivel “meta”. Es decir, más allá definiendo el cómo van a lograr eso que proponen; le pongo un ejemplo, recuerda “El precio de gasolina llegará a $10.00” era el “qué” de una propuesta interesante; pero nunca nos dijeron el “como” y evidentemente no se cumplió.
Lo que viene
Ojalá me equivoque, pero lo que viene es un circo de payasadas para “caer bien”, tirarse estiércol y porquería todo el tiempo, redes y medios atascando al votante, mentiras y verdades a medias y mucho, mucho dinero tirado a la basura.
Lo digo por la evidencia, por lo que hemos venido viendo en este ejercicio.
Ojalá que si usted tiene la suerte de tener a algún candidato le pregunte sobre sus propuestas en educación, salud, ¡seguridad!, derechos humanos, derechos de las mujeres, atención a la infancia, economía (su economía) y los temas que a usted le preocupan.
Winston Churchill tenía una reflexión que me encanta, el suponía que para evaluar a un buen político, basta preguntarse ¿comparativamente, cómo es mi vida antes y después de tal o cual político? Si esa fuera la pregunta ¿Qué responde? Escríbame me interesa saber su reflexión.
Nos leemos en la próxima.