Deepak Chhugani se asume como un producto de la logística: nació en la India, se crió en Ecuador, vivió en México y actualmente radica en Estados Unidos. El movimiento transfronterizo es parte de su ADN y quizás este fue el motivo que lo llevó –al cabo de los años y después de haber pasado por la famosa aceleradora de Silicon Valley, Y Combinator– a fundar en 2019 Nuvocargo, una startup que digitaliza la industria del transporte transfronterizo entre México y Estados Unidos.
En Nuvocargo empezamos con una tesis sencilla, se arranca Deepak en entrevista, introducir más tecnología en el proceso logístico en la que –considera este economista parafraseando al estratega geopolítico Peter Zehain– será la frontera más importante para el resto de nuestras vidas: la de México y Estados Unidos, esos 3,152 kilómetros de línea fronteriza por los que al año cruzan entre 650 y 800 mil millones de dólares en mercancías.
Por la manera en que Deepak Chhugani dice “empezamos con una tesis sencilla”, pareciera que la labor de Nuvocargo es “menor”, pero el nivel de los inversionistas detrás de esta startup indican lo contrario: Tiger Global, David Vélez (fundador y CEO de Nubank) o Federico Ranero, (COO del unicornio mexicano Kavak), entre otros. Hasta ahora Nuvocargo ha levantado 38 millones de dólares de inversión, alcanzando una valuación de 180 millones de dólares.
Nuvocargo nació en 2019, previo a la pandemia, sin saber lo que se venía para las cadenas de suministro. La razón por la que eligieron la frontera México-Estados Unidos para iniciar es tanto personal (Deepak quería crear un emprendimiento que uniera Estados Unidos con Latinoamérica) como económica: por ahí se mueven de 8 a 10 millones de camiones al año y los embarcadores gastan entre 35,000 y 45,000 millones de dólares al año en ese transporte transfronterizo.
“[La frontera México-Estados Unidos] es la ruta de comercio hoy en día más grande del mundo. A veces oscila entre Estados Unidos, China y Canadá, pero todo apunta a que México-Estados Unidos va a seguir siendo la ruta comercial más importante del mundo y va a seguir siéndolo por el resto de nuestras vidas, y estoy tomando la frase de un estratega geopolítico, Peter Zehain, que ha estudiado todos los países y las rutas comerciales”, explica.
Las condiciones están dadas, enfatiza Deepak. “Están los factores macroeconómicos, la población de México es joven, la mano de obra es barata, influye la guerra comercial entre Estados Unidos y China, la pandemia y la crisis económica exhibieron muchas de las vulnerabilidades de tener las cadenas de suministro en Asia si eres una empresa estadounidense, el nuevo TMEC, la proximidad entre ambos países, hay muchas factores para que esta siga siendo la ruta de comercio más importante de lo que nos queda como generación”.
A esto se suma la relocalización de las cadenas de suministro y el nearshoring, donde México ve una oportunidad de oro. Compañías proveedoras de Tesla, por ejemplo, se están empezando a relocalizar al norte de México para estar más cerca de las plantas de Estados Unidos. Este proceso requerirá de una industria logística mexicana más moderna y digitalizada para exponenciar los beneficios.
“Si hablas con cualquier experto del sector logístico, te van a decir, todos en todo el mundo están teniendo esta conversación sobre si deberían traer su cadena de suministro a Estados Unidos o a México [pero] esto no es algo que pasa de la noche a la mañana. Reconfigurar cadenas de suministro es una inversión cara, toma mucho tiempo. Lo que puede hacer México como economía es tratar de encontrar la forma de facilitar esa transición de las cadenas de suministro de China o Asia a México”, considera el también economista.
¿Qué hace diferente a Nuvocargo?
En medio de este contexto, hoy el transporte transfronterizo tradicional, refiere Deepak, está fragmentado y esto implica que una empresa que quiere exportar carga a Estados Unidos deba tratar con entre 7 y 14 intermediarios, lo cual genera fricciones, contratiempos e ineficiencia. En tanto un proceso “todo en uno”, basado en una plataforma digital, mitiga estas fricciones entre las empresas que quieren exportar y los intermediarios.
Esto lo ha entendido bien Estados Unidos. “En la parte estadounidense llevan 6 o 7 años de una inversión muy agresiva, de miles de millones de dólares, en empresas tecnológicas que están mejorando todo tipo de temas logísticos, desde correspondencia comercial, visibilidad de las cargas, fijación de precios, bases de datos de transportistas, productos financieros para los transportistas”. En el lado mexicano esta modernización tiene todavía rezagos.
Por ejemplo, si una empresa de bienes de consumo quiere exportar a Estados Unidos con intermediarios tradicionales, debe contratar a alguien que le ayude con el transporte, 3 o 4 proveedores en la frontera (desde el que hace el cruce, el que está en la aduana mexicana, en la aduana estadounidense, el que saca el seguro), luego conseguir transporte del lado estadounidense y en todo el proceso coordinar entregas.
“Muy pocas empresas hacen todo ese proceso de extremo a extremo, door to door como decimos nosotros. Te puedo contar con una mano las empresas que nosotros hemos escuchado que hacen eso”, afirma Deepak. Y es ahí donde se inscribe la propuesta de valor de Nuvocargo: “los clientes van a tener que lidiar con muchas menos personas, eso simplifica la comunicación, las finanzas, la administración, digitalizas el proceso y obtienes data que puedes usar para mejorar tu negocio”, detalla.
“En vez de hacer todo de manera offline (buscar correos, faxes, mensajes de WhatsApp), es mejor tener una plataforma única donde puedes ver todo el proceso de manera digital, tienes registro de lo que pasa en cada etapa del camino, tienes toda la documentación digitalizada. En vez de lidiar con 14 personas, lo haces con una entidad tecnológica donde ves absolutamente todo y eso minimiza las fricciones del proceso logístico para las compañías”, añade.
Este modelo de negocio ha hecho que desde grandes corporativos hasta pequeñas empresas o emprendedores en lo individual confíen en Nuvocargo para mover su mercancía a través de la frontera México-Estados Unidos. “Movemos carga seca, no hacemos refrigerada ni perecederos todavía. Movemos mucha carga industrial, bienes de consumo envasados, tequila, mezcal, de la industria aeroespacial, automotriz”, detalla Chhugani.
Si trabajas duro, piensa en grande
Desde Nueva York Deepak reconoce que el modelo de negocio de Nuvocargo “ya existía con otras startups en otras geografías”. No obstante, ellos apostaron desde el principio por la frontera comercial más importante del mundo. Directo a las grandes ligas. Al final, el tiempo les dio la razón con la crisis de la cadena de suministro tras la pandemia.
“No fue una bola de cristal, fue porque si no éramos nosotros alguien lo iba a hacer, pero jamás nos hubiéramos imaginado todo el enfoque que ha habido tras la guerra comercial entre Estados Unidos y China, la pandemia, la digitalización. A veces uno tiene suerte, pero nunca fue algo que previmos”, confiesa.
Algo de suerte, pero también de ambición. “Lo bonito de aprender en la aceleradora donde nos incubamos (Y Combinator), de donde salieron todas estas startups que hoy en día son empresas que valen miles de millones de dólares, fue que hay que pensar y soñar en grande, que toma el mismo esfuerzo crear una empresa chiquita que una grande. Si eres una persona que trabaja duro, vas a trabajar igual de duro, entonces mejor apuntar a algo que puede ser muy grande”.
Al mismo tiempo Nuvocargo vio características de mercado que son muy atractivas: un mercado muy fragmentado en el que había una oportunidad de crear algo de cero. “No es un mercado como un Google, que tiene un monopolio y es casi imposible competirle. En este mercado hay oportunidad para innovar y de hecho invitamos a que haya más empresas que vengan y modernicen, es un sector en el que hay mucho por hacer”, asevera.
Hoy Nuvocargo mueve más de 10,000 camiones al año por la frontera México-Estados Unidos. “Todavía somos chiquitos, eso es lo emocionante, que hay muchísimo por crecer”, se entusiasma Chhugani. Su plantilla laboral asciende a 180 personas y la mayoría está basada en Ciudad de México, aunque también los hay en Nueva York, en Monterrey, Nuevo León y algunos otros que trabajan vía remota desde otras latitudes.
“Nos enfocamos en Laredo, Texas. Estimamos que por ahí pasa aproximadamente el 40% del transporte entre México y Estados Unidos, es el punto más importante de la frontera y quisimos empezar ahí para tener mucho crecimiento y presencia antes de expandirnos a otros puntos de la frontera y eventualmente a otros modos de transporte y países”. Hoy las posiciones más altas de Nuvocargo las ocupan personas que en su momento escalaron Uber en México, Amazon o Rappi.
Sin obsesión de ser unicornio
Como muchos otros fundadores de startups en la región, Deepak admite que la liquidez de venture capital para las empresas de base tecnológica cambió a causa de la incertidumbre económica global.
“Nos sentimos muy afortunados de estar en una posición financiera muy sólida, vamos a seguir creciendo, pero definitivamente, al igual que todas las startups, vamos a hacerlo con un poco más de cuidado y prudencia porque el ambiente cambió.
“Cualquier CEO que te diga que no lo está tomando en cuenta (el contexto actual) le diría que tenga un poquito de cuidado, porque sí está cambiando el mundo […] en los próximos 18 a 24 meses ya no va a ser tan loco el tema del fondeo a startups como lo ha sido en los últimos dos años y vamos a estar muy ocupados en ser una de las empresas que permanece, que crea muy buen equipo, muy buena cultura”, asegura.
Nuvocargo busca convertirse en el mediano plazo en el jugador más importante en el transporte transfronterizo entre México y Estados Unidos y el aliado comercial más importante de las empresas de ambos países para simplificar el transporte y el comercio transfronterizo, pero sin la obsesión de ganar el título de unicornio.
“Es un privilegio estar en una compañía que atrae mucho capital, muy buen talento y que crece y hace algo significativo en su industria. Vamos a seguir ejecutando y creo que inevitablemente, por el tamaño del mercado y de la oportunidad, si seguimos haciendo las cosas bien, eso de ser unicornio va a llegar de manera automática”, remata.
Fuente: forbes