Legendarias firmas del lujo deslumbraron durante la pasada edición de Watches and Wonders 2024, concreaciones de alta relojería de líneas delicadas, trazadas por engastes de diamantes, zafiros y oro de diferentes tonos. Cada joya representa un auténtico epítome de sofisticación que reúne la pasión por el arte y la precisión.
Ovación a la naturaleza
Tadao Ando X Serpenti Tubogas, más que una colaboración artística, es una firme alabanza a los elementos naturales que la inspiran. En ésta, la cabeza de la icónica serpiente de Bvlgari adquiere forma de un reloj que irradia belleza con sus dos hileras de diamantes engastados en la esfera, así como un brazalete en oro amarillo y acero, que recuerda el solsticio de verano.
Tensión que inspira
Un brazalete abierto de líneas estilizadas, ángulos precisos y oro pulido efecto espejo construyen un auténtico desafío a las apariencias, mediante el Reflection de Cartier.El reloj joya culmina en el encuentro de la delicada esfera de cristal biselado en forma de gema y, justo enfrente, un espejo en donde el tiempo parece hacer magia y retroceder.
Regreso brillante
¿Un collar o una pulsera? Es complicado elegir el uso que se le dará al Grand Lady Kalla, basado en una pieza de 1980 de Vacheron Constantin. Este año hace un retorno triunfal para deslumbrar con su manto de luz, producto de sus más de 268 diamantes en talla esmeralda, acompañado por perlas Akoya y ónice en el colgante, así como una caja en oro blanco de 18 quilates.
Elegancia en rosa
A lo largo de la vida de Gabrielle Chanel, el color rosa acentuó sus colecciones. Por ello, la nueva propuesta de la maison, el Boy- Friend Skeleton X-Ray Pink Edition Watch, resalta este tono, tanto en la correa como en los detalles de la esfera rectangular engastada con cinco zafiros, y una caja en oro beige de 18 quilates.
Destellos que enamoran
Diamantes y zafiros adornan un meticuloso reloj joya de Chopard, que requirió más de 400 horas de trabajo. Esta referencia atesora más de 1,000 piedras preciosas montadas en una arquitectura de oro ético blanco de 18 quilates, convirtiéndose, así, en una conversación entre la naturaleza, la alta joyería y la haute couture.
Fuente: forbes