¿Se ha preguntado porqué estamos discutiendo si los jueces de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) deben ser elegidos por voto popular? Por una mentira que nos pusieron enfrente una volandera.
Al presidente López, no le gusta que le lleven la contra, pero al parecer tampoco le gusta -quizás porque no comprende, no sabe o no está bien aconsejado- acerca del cumplimiento de la ley.
Esta idea de hacer de todo un ejercicio electoral, es una falsa aplicación de la democracia, ni todo debe estar sujeto a la votación de los ciudadanos ni nada debe ser intocable en una democracia; todo es un devenir que permita mejorar las instituciones que den soporte a las acciones de Gobiernos, gobernantes y gobernados, todos.
Lo que quiero decirle es que es correcto discutir sobre el desempeño y mejora de instituciones como el INE o el INAI -como consultor en Datos Personales, soy el primero interesado en mejoras en el INAI- pero esto no significa que los titulares sean pasados al paraninfo y se les lleve a los discursos para convencer a los votantes y establecer promesas en campañas políticas. Hay que medir al personaje con la esfera de acción en la que se van a incrustar no imagino a un juez en campaña ¿qué va a prometer un juez, ser justo, apegarse a la ley, aplicar la ley rigurosamente? No, esta no es una posición simplista, es el juego al que nos está llevando el simple enojo, de un protagonista en nuestra democracia.
Al presidente no le ha gustado que sus leyes, proyectos, acciones y hasta palabras; sean confrontadas con la ley y para su mayor molestia: “la ley, es la ley”.
Casos como el encarcelamiento de Rosario Robles, la construcción del Tren Maya, el “plan B”, entregarle el mando de la policía al ejército y otros muchos casos que usted conoce, se han hecho mal, se han preparado al vapor y bajo los supuestos del presidente ignorando lo que dice la Constitución que juró defender, “la ley es la ley” y con ello han resultado endebles jurídicamente.
Esto es sorprendente por muchas razones, pero destaca que básicamente se a capricho del ejecutivo y es más sorprendente aún que, bajo la misma lógica de erosionar las instituciones; la propia SCJN, ha sido embestida por las intenciones de poner jueces a modo; durante la primera parte del sexenio si se logró ahí tiene el caso del ministro Saldivar que era un peón del presidente, pero los tiempos y los relevos alcanzaron para que no continuara siendo así y este es el pecado de la Corte al día de hoy.
Esta idea locuaz de que no avalar los caprichos del presidente pasó de sus señalamientos al eco de simpatizantes y senadores, miembros del gabinete y hasta de Gobernadores, lo cual ya es semejante a una histeria colectiva; lo digo porque ninguno de estos personajes se detiene a ver si es real el argumento presidencial o está en un error -parece que el presidente es el dueño de la verdad absoluta, pero esto no es nuevo, obedece a una larga tradición que data de la era del Gran Tlatoani- el colmo es ver a un Gobernador incentivando al “pueblo” -sus simpatizantes- al linchamiento de los jueces, esto raya en un peligroso límite y deberíamos cuestionarnos si estas acciones están en las atribuciones legales del Gobernador.
Llama la atención que por un lado se busque electorizar a la SCJN y no se proponga una reforma que eficientice la impartición de justicia con mejores Ministerios Públicos, recopilación de pruebas, armado de casos, etc. eso si lo agradecería “el Pueblo”.
Los daños hasta hoy son pocos, pero sólidos: ruptura entre poderes, merma de la imagen de legalidad en México, adeptos al presidente enconados con la SCJN y otros que apoyan a la Corte a ultranza; una lucha por implementar la idea de elegir a los jueces, que está llevando a conversatorios y debates en las cámaras -obviamente propiciados por el nuevo partido oficial- y todo parece una locura, que nos tiene a todos con el tema en la “sobre mesa”.
La locura viene de NO ANALIZAR SI DE VERDAD LA SCJN, ESTÁ HACIENDO MAL SU TRABAJO, SINO QUE NOS HAN DICO QUE ASÍ ES. Esto en gramática se llama mentira una volandera, que nos lleva a un inútil enfrentamiento y a acusar falsamente el desempeño; es un tipo de humo que aparece en el momento adecuado, para crear más confusión.
¿Qué va a pasar?
Muy sencillo, es una película que estamos viendo a continuamente, precisamente porque las cosas se hacen por capricho y no con base en la Ley, le anticipo: el partido oficial no necesita mayoría calificada para afectar a la SCJN y hacer que los jueces sean elegidos, pero contraviene lo dicho en la Constitución y de ello se va a valer la oposición, para frenar -en la SCJN- estos cambios; con lo que de nuevo se dirá que la Corte es contraria al régimen, que estorba los proyectos transformacionales, que no ama a México y que es corrupta, por ello debe cambiarse y volveremos a la disputa.
Creo que ya es tiempo de conocer la postura al respecto, de los presidenciables y hacer la proyección de lo que pasará, una vez iniciada la nueva administración ¿usted qué opina?
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