El pasado 4 de julio la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) negó el permiso de construcción de una planta de energía solar, para el consumo interno de la armadora de autos AUDI.
Si uno revisa el caso con detenimiento, parece que al final la autoridad se escudó en temas técnicos para negar el permiso y al mismo tiempo deja abierta la puerta para que la armadora haga los ajustes pertinentes; la propia empresa en un comunicado de prensa afirmó que estaba dispuesta a cumplir con los requerimientos de la autoridad y que revisaría la resolución; hasta aquí todo se ve muy institucional.
Cabe señalar que AUDI, a nivel mundial, mantiene una política de uso de tecnologías limpias única en el mundo; han creado un concepto llamado “Audi Go Green” cuya meta es reducir la huella de carbono en todo lo que hace y produce, como una acción consciente de mejorar el medio ambiente.
Si la SEMARNAT en unos meses autoriza dicha planta, entonces se disiparán los nubarrones que la decisión actual ha generado en materia de inversión y una pésima imagen en torno al cuidado del medio ambiente.
México necesita urgentemente inversión y al mismo tiempo una política ambiental acorde a las tendencias mundiales, por encima de las ideologías.
Incluso en el apartado de disposiciones ambientales Capitulo 24, del TMEC; se menciona que las partes (Estados Unidos, Canadá o México) deberán cuidar la biodiversidad y sustentabilidad específicamente en el artículo 24.15: Comercio y Biodiversidad, usted puede leer: “1). Las Partes reconocen la importancia de la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica, así como los servicios ecosistémicos que proporciona, y su papel clave en el logro del desarrollo sostenible.”
La construcción de cualquiera de las tres obras emblemáticas del gobierno actual, podrían contravenir sólo este párrafo y qué decir de los artículos: 24.22.4a “Cada parte se compromete a tomar medidas apropiadas para proteger y conservar la fauna y flora silvestres que ha identificado en riesgo dentro de su territorio, incluyendo medidas para conservar la integridad ecológica de áreas naturales bajo protección especial, por ejemplo, los pastizales y humedales”
Y no digamos los acuerdos de París que ya han sido vulnerados con la negativa de ir sustituyendo el consumo de hidrocarburos hacia tecnologías limpias.
Finalmente, el tema ambiental no es ornamental ni una moda, es una urgencia mundial en la que no podemos quedar fuera y las acciones del gobierno deben estar enfocadas a mantener políticas de contención, atención y procuración de justicia en el tema.
No entender la importancia del tema ecológico y ambiental, nos costará caro en el muy corto plazo, en tribunales si nuestros socios comerciales comienzan controversias por el no cumplimiento de lo contenido en el TMEC, en el mediano plazo a través de la escasez de recursos que comenzará en breve, como ya está sucediendo con el agua el día de hoy y en el largo plazo, con una precaria calidad de vida para las generaciones nacientes en este momento.
Sin embrago, la falacia estribe en que no somos los ciudadanos los que debemos reflexionar en el asunto, sino es el gobierno quien debe tomar acción desde su posición de autoridad. No entenderlo, nos costará caro, muy caro.
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