Hace ocho días de la elección de gobernadora en el Estado de México y a la luz de este tiempo se me ocurren algunas reflexiones:
La primera: es falso que estamos listos para gobernadoras y presidentas.
A mi juicio no estamos listos para la participación de las mujeres, por una simple razón: las dirigencias de los partidos nos muestran lo contrario, en el caso de Delfina Gómez, su equipo dirigido por hombres, cuidó demasiado de no exponerla a los medios, de hecho, fue más notorio luego del primer debate; incluso le cuidaron hasta las moderadoras de los siguientes debates. Personalmente me hubiera gustado conocer cómo reaccionaría la hoy presunta Gobernadora del Edo Mex, en momentos de crisis. Por otro lado, esta Alejandra del Moral, quien nunca recibió el apoyo de su partido y fue muy notorio en la noche de la elección, en donde la dirigencia prefirió estar en el Estado donde seguro ganarían.
No es que los ciudadanos no estemos listos para una dirigente mujer, eso se verá no en estos comicios y los presidenciales el año que entra, sino a lo largo del tiempo, quizás en las siguientes décadas; es que las dirigencias son el primer y más complicado filtro, aún en MORENA.
La segunda: la participación está a la baja o cuando mucho, estancada.
Según datos oficiales la participación ciudadana fue de casi la mitad del padrón electoral de la entidad, a pesar de acarreos, posibles fraudes, carruseles y demás atascadeces por parte TODOS LOS partidos políticos.
Si usted revisa la participación ciudadana en las votaciones y su tendencia en las últimas jornadas tenemos lo siguiente. En la elección de Arturo Montiel en 1999, participó el 51.10% del padrón estatal, en 2005 en la elección de Enrique Peña Nieto la participación fue de 42.68%; luego, en la elección de Eruviel Ávila en 2011, la participación fue de 45.37% y en 2017, en la elección de Alfredo Del Mazo, la participación fue del 53.7%, finalmente en esta ocasión hubo una participación del 50.07% es decir que en 24 años, no había habido una participación que supere el 54%, es decir que cuando mucho, la mitad del padrón electoral, elige a su Gobernador en cada ocasión.
Esta debe ser el área de trabajo de quien quiera ganar las elecciones en 2024, hacer que la participación ciudadana aumente en uno de los Estados más importantes del país, por su tamaño e influencia económica.
Mi tercera reflexión…
Resulta interesante que como ejercicio previo a las elecciones del 2024, podemos ver partidos desgastados, propuestas redundantes y personajes tibios en el lado de la coalición, mientras que por el lado de MORENA vimos una constante en un sólo mensaje: el mismo que el del presidente.
Lo que viene en la campaña presidencial de quien sea, que sea el candidato(a) por MORENA será el mismo discurso, acusaciones y mentiras del presidente y del lado de la oposición, de nuevo, un mensaje que no incluye a los pobres, las clases bajas y aquellos a los que todos los partidos del color que sea, abandonaron desde siempre.
A la oposición, las recientes elecciones de gobernador, deberían revelarles dos cosas: la primera, que unidos muy unidos desde la cúpula hasta las bases, pueden hacer la diferencia y que en sus discursos deben conectar con la gente, no con “las clases sociales”, lo que es muy determinante para atraer votos; de lo contrario seguiremos viendo el festín de la rapacidad, mediocridad y desprecio por la lógica y la ley, que ha desplegado MOTRENA y la 4T.
Escríbame y dígame qué opina.
Mario Alberto Metacoach
@mhmetacoach
