La clave es muy sencilla, aunque tu cuenta de Afore reporta un valor en número, este no refleja lo mismo que el saldo de tu cuenta de banco. ¿Cuál es la diferencia fundamental?
Cuando tienes una cuenta en el banco, tu saldo es dinero líquido, es solo cuestión de ir al cajero automático o a la sucursal para convertirlo en billetes y monedas. Tu saldo sube y baja solo conforme a tus depósitos, retiros y otros cargos.
En cambio, cuando tienes una cuenta de inversión, ya sea una Afore o un fondo de inversión, lo normal es que la mayor parte del dinero en realidad esté invertida en diversos instrumentos financieros. Es decir, a través de tu Afore, eres dueña o dueño de empresas, de mercancías, de bonos emitidos por gobiernos y empresas, y esas propiedades cambian de valor todos los días.
Así, aunque cuando entras a ver tu estado de cuenta, puedes ver una cantidad en pesos y centavos, lo que en realidad ves es cuánto valen esas acciones, títulos de deuda, bonos y otros instrumentos financieros que se intercambian a través del mercado de valores. Estos instrumentos son tu propiedad, independientemente de lo que valgan hoy en pesos. Lo relevante es el valor que tengan al momento en que las vendas o el uso que les des mientras tanto, es decir, cuando retires tu Afore.
Veámoslo con otro tipo de bienes:
Piensa que te compraste un departamento y lo pagaste con mucho esfuerzo. Ese departamento te costó, digamos, un millón de pesos (para fines prácticos, asumiremos que lo pagaste de contado, no a crédito).
Vives en ese departamento durante 30 años, a lo largo de ese tiempo si el departamento hubiera estado a la venta, hubiera valido 1.5 millones de pesos en algún momento, en otros 900 mil, y si invertiste en una zona de alta plusvalía, a lo mejor hasta 2 o 3 millones de pesos, dependiendo de las condiciones del mercado inmobiliario. Pero lo importante es que puedas vivir ahí durante esos 30 años sin importar el precio de mercado. Eso se volverá importante hasta que lo quieras vender.
Lo mismo si tienes monedas de oro. Seguro sabes que el valor de las monedas de oro cambia todos los días en el mercado, pero si baja, a ti no te afecta si no cambias tus monedas de oro por dinero ese día. Puedes decidir esperarte a que el valor del oro sea mayor y entonces venderlas.
Lo que quiero decirte con esto es que cuando eres una persona responsable de sus inversiones y revisas frecuentemente el estado de cuenta de tu Afore, notarás que existen días en que el saldo baja sin que ni tú ni nadie haya hecho un retiro. Esto es precisamente porque el valor de mercado de tus propiedades (o sea, tus inversiones) se modificó ese día. Pero no pasa absolutamente nada si no haces un movimiento (si no vendes tus propiedades) en ese momento, lo importante, es el valor que tendrán en el largo plazo (y ese, en las Afores, siempre ha demostrado ser mayor que la inversión).
Y aquí viene al caso recordar que esta es la misma razón por la que tus ahorros se invierten en fondos generacionales, es decir, fondos que invierten recursos de personas que tienen aproximadamente la misma edad que tú y que falta más o menos lo mismo para que necesiten venderlos (para que se retiren). Por ejemplo, los recursos de las personas que se acercan más a la jubilación se invierten en valores que tienden a tener menor variabilidad en su valor, pero que, a su vez, al ser más estables, ya otorgan menores rendimientos.
María de las Nieves Lanzagorta es vicepresidenta de vinculación en Amafore, Asociación Mexicana de AFORES, especialista en educación financiera, comunicación, estrategia personal y de negocio. También es una madre que trabaja dentro y fuera de casa.
Twitter @marinievesl