Los diarios internacionales han estado involucrados en las últimas fechas con la estrategia contra COVID-19 de Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, y en la mayoría de los casos resaltan el gran número de contagios tras la llegada de la nueva variante Ómicron.
Tal es el caso del diario The Economist, que en su más reciente publicación criticó la estrategia de AMLO y sus autoridades de salud, a partir de aseveraciones como el uso de ungüentos o el “subestimado” número de casos oficiales, así como la falta de pruebas COVID-19.
En este sentido, consideraron que la estrategia de AMLO no es del todo errónea, pues un provecho se puede sacar de la misma ya que “ofrece lecciones sobre cómo no lidiar con un virus mortal”.
Entre las cosas que no recomendaron hacer, pero que se realiza en México, destacó que “sólo cerró durante dos meses al comienzo de la pandemia”, que “la mitad de la población trabaja informalmente” porque el gobierno de la 4T carece “de los fondos para pagar a todos para que se quedaran en casa”.
Además, señalaron con especial rechazo la influencia que tuvieron los sindicatos de maestros durante la toma de decisiones médicas y recomendaciones epidemiológicas, lo que podía notarse fácilmente porque “la mayor parte de los últimos dos años, la gente podía abarrotar gimnasios o restaurantes. Pero las escuelas estuvieron cerradas durante 17 meses”.
“Los niños, especialmente los pobres, perdieron mucho aprendizaje y, presumiblemente, tendrán más dificultades para tener éxito en el futuro”, dedujeron.El diario criticó la falta de equipo al personal médico, así como la escasez de pruebas COVID-19 REUTERS/Edgard Garrido
Lo anterior, consideraron, porque a López Obrador le convenía mantener las actividades abiertas, aunque con aforo reducido, por lo que etiquetaron al presidente de México como “un halcón fiscal”.
Es decir, acciones como el poco gasto en mercados emergentes relacionados con la pandemia, lo pudieron haber puesto en una mejor posición fiscal, en comparación con otros países, advirtieron.
También arremetieron en contra de las decisiones en el sector hospitalario, donde si bien se instruyó al personal de la salud, se aumentó el número de camas y la capacidad en los centros de salud, no había equipo suficiente, ni se enfocaron del todo en la prevención del contagio.
Lo anterior, consideraron, provocó que en diversas partes del país, las autoridades estatales rechazaran “la estrategia de laissez-faire de López Obrador”; Jalisco fue su principal ejemplo, donde es obligatorio que bares e inmuebles de entretenimiento soliciten comprobante de vacunación y pruebas negativas.Th Economist consideró que las decisiones de México no deberían ser repetidas REUTERS/Daniel Becerril
Hicieron especial énfasis, además, en el caso de Ecatepec, donde se han impuesto multas monetarias para las personas que visiten lugares públicos y no porten el cubrebocas, o no lo tengan bien colocado.
Sin olvidar, claro, todos los estados que decidieron posponer el regreso a clases de la educación básica, pese a la insistencia de la Secretaría de Educación Pública y del Gobierno Federal para revertir a situación de los pequeños.
Lo que sí reconocieron genuinamente, fue el empeño que se puso en algunos estados con respecto al cuidado del espacio personal, apelando a la responsabilidad de los ciudadanos con sus iguales.
“Las máscaras no son obligatorias, pero la gente las usa en gran medida en las ciudades, incluso al aire libre”, celebró la publicación extranjera.The Economist cuestionó la estrategia contra COVID-19 de AMLO FOTO: GALOCAÑAS/CUARTOSCURO.COM
También aplaudieron que las autoridades cambiaran el enfoque de la atención a la pandemia con la llegada de la vacuna a México, pues un gran número de la población ha recibido el cuadro completo, y en algunos casos hasta el refuerzo.
Sin embargo, advirtieron que si bien hay más mexicanos involucrados con el uso del cubrebocas por el bien común, la mascarilla no hará que se mantengan seguros, y lejos de la variante Ómicron.
Fuente: infobae