Momentos de incertidumbre y nerviosismo son los que se han vivido en las últimas semanas ante el posible ataque de Rusia a Ucrania. Si bien el presidente ruso Vladimir Putin ha dicho que sus tropas se han estado retirando de la frontera estos últimos días, el Ministerio de Defensa británico reveló este miércoles 16 de febrero el posible “plan de batalla” que Moscú tiene para invadir Ucrania.
Se estima que alrededor de unas 150,000 tropas rusas se han desplegado a lo largo de la frontera Este con Ucrania. El Kremlin asegura que no tiene planes para invadir y este viernes informó que ha comenzado a retirar más tanques y aviones bombarderos de la península de Crimea.
México, por su parte, se ha ceñido a su política de no intervención y ha optado siempre por la solución pacífica a este conflicto. Así lo ha dejado en evidencia Juan Ramón de la Fuente, representante mexicano ante el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En tanto, la embajada de México en Ucrania ha optado por tomar algunas medidas preventivas ante la preocupación por parte de mexicanos en el país europeo. Ante ello, el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Marcelo Ebrard, informó que el pasado 16 de febrero, 32 familias mexicanas fueron trasladadas de Kiev (capital de Ucrania) a la frontera suroeste de la nación, en Ivano-Frankivsk.Familias mexicanas fueron movilizadas al sur de Ucrania.
Hasta el momento, son 98 familias mexicanas residentes en Ucrania las que han sido registradas en la embajada, dio a conocer Olga García Guillen, embajadora de México en Kiev, quien ha exhortado a los connacionales en ese país a guardar la calma y evitar actos que inciten al pánico. Lo anterior ante la supuesta amenaza de que Rusia efectuaría un ataque el 16 de febrero, dijo el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, por lo que decretó esa fecha como “Día de la Unidad”.
El conflicto ante los ojos de los mexicanos que residen en Ucrania es de incertidumbre, aunque para algunos de ellos la vida transcurre con normalidad. Pablo Ferrat compartió sus experiencias desde la capital de Ucrania, donde dice “no ha cambiado nada”.
Pablo es originario de Veracruz. Llegó a Ucrania sin nada, pero en 10 diez años ha logrado formar su patrimonio en el país de la Europa Oriental. Actualmente trabaja como diseñador gráfico y vive en Kiev con su esposa y su bebé de un año. A pesar del conflicto latente, Pablo dice estar tranquilo -hasta el momento- ante la situación, pues su experiencia en ese país le ha dado otra perspectiva de la disputa entre Rusia y Ucrania.
“Nos hemos acostumbrado a la situación que se está viviendo con Rusia desde 2014. En este caso yo la estoy pasando no tan mal. Por supuesto que hay incertidumbre y hay nerviosismo, pero no a un grado de pánico. Y lo veo con la gente, con los ucranianos, porque pues la gente sigue haciendo su vida normal”
De la misma manera afirma que la vida en la ciudad corre de manera regular a lo acostumbrado. Pablo, particularmente, no ha visto movimiento de tropas militares en la calle o tácticas militares alrededor de la zona. Tampoco hay compras de pánico por parte de los ucranianos y todos siguen con sus actividades cotidianas, asegura. Por esa misma razón, Pablo y su esposa han optado por quedarse en la capital, pues no ven que el conflicto sea de tal magnitud como para evacuar el país.
Si bien reconoce que la situación es peligrosa y en cualquier minuto puede explotar, por el momento no tiene planes para salir de Ucrania o moverse a otra ciudad al interior del país. Por un lado, porque dice haber vivido la revolución de la dignidad en 2014, lo que le ha otorgado cierta experiencia en situaciones similares a la actual; por otro, porque la familia de su esposa vive al sur de la nación y una decisión tal conlleva mucha planeación y responsabilidad, comenta.
“Tú, si no revisas las noticias, si no ves los medios, pues prácticamente ni te enteras, porque la gente sale a hacer su trabajo, a hacer las compras, a los restaurantes, a los lugares de ocio. Y prácticamente la cosa es igual. No ha cambiado nada”
Un razonamiento muy parecido al de Antonio Quesada, otro mexicano que, al igual que Pablo, actualmente reside en Ucrania.Antonio es oriundo de Veracruz, pero ha vivido en Xalapa, Coatepec, Orizaba y Tehuacán. Tiene 28 años, de los cuales los últimos 5 los ha vivido en Kiev, donde estudia su segunda carrera en psicología musical en la Universidad de Dragomanov. El violín es su instrumento base. A pesar de que algunos profesores han decidido trasladarse a otra ciudad, Antonio ha optado por permanecer en la capital.
“Si tú no abres el noticiero creo que vives en bastante paz. Te empiezas a preocupar más cuando abres el noticiero (…) Aquí estamos muy tranquilos, pero empezamos a tener nervios cuando nuestros familiares y conocidos nos empiezan a estar arrojando y enviando noticias que ellos han visto”, comenta Antonio, a quien su madre le manda constantemente noticias y le pregunta de manera regular cómo está viviendo la situación allá.
De manera similar a la experiencia de Pablo, Antonio Quesada no ha visto compras de pánico donde vive, ni tampoco ha visto despliegue de cuerpos militares en las calles o algún tipo de medidas preventivas, más allá del traslado de familias mexicanas por parte de la embajada de México.
“Yo no he notado ningún cambio. La vida sigue corriendo con normalidad (…) Tampoco he visto a algún miembro militar, a algún soldado o algún traslado de equipo militar a través de esta ciudad”
Otro de los puntos en los que Pablo y Antonio coinciden es en la cuestión de cómo los ucranianos viven la situación a diferencia de cómo la viven los extranjeros, particularmente los mexicanos.Ambos argumentan que para los ucranianos el despliegue de tropas militares en su frontera Este ha sido algo que ha sucedido anteriormente, por lo que no lo consideran algo extraño o extraordinario.
Pero para los mexicanos la experiencia ha sido diferente. Algunos, como Pablo y Antonio, han optado por permanecer al interior de Ucrania; sin embargo, otros se han movilizado a otras ciudades o han salido del país ante la zozobra de un posible conflicto armado.
“Yo decidí no movilizarme. Yo siento tranquilidad. No ve por qué movilizarme a otra ciudad de momento. Siento que es un poco prematuro”, dice Antonio, quien actualmente vive con su pareja en Kiev. En caso de que el conflicto escale, tiene planeado salir del país y regresar a su país natal. Pero por el momento, no lo ve necesario.
«El que lleguen tropas a la frontera no es algo nuevo, sucede», comenta Pablo Ferrat (Foto: Pablo Ferrat)
El tema de las escaladas es algo que ha generado cierto grado de inquietud en los extranjeros que residen en Ucrania. No obstante, los veracruzanos dicen que realmente eso no es algo nuevo en el país, pues cada cierto tiempo suceden situaciones similares a la actual, aunque ambos aseguran que este conflicto sí es más crítico que los anteriores.
“Ahora, no es la primera vez que yo escucho que Rusia va a atacar(…) No es la primera vez que escucho ‘este va a ser el momento crítico’. Hace algunos años también hubo algo parecido y no pasó nada”, asegura Antonio.
“Hay que aclarar esto: (para) nosotros esta situación de las escaladas es algo más o menos regular (…) El que lleguen tropas a la frontera no es algo nuevo, sucede. No al nivel que está ahora, pero sí venía sucediendo cada dos años aproximadamente, cuando venía alguna Cumbre muy importante, siempre había algún tipo de situación similar. Entonces, no es algo extraño para los residentes de aquí de Ucrania”, comenta Pablo.
Aunque ambos reconocen que el conflicto entre Rusia y Ucrania no es algo nuevo, sí dicen sentirse nerviosos, pues sin duda alguna es un momento mucho más crítico que los pasados. Por el momento, Pablo y Antonio permanecerán en Kiev, estando alerta a lo que las autoridades locales y la embajada de México les notifiquen.
En caso de una escalada, la embajada de México tiene planeado emigrar hacia otro país, como Polonia o Hungría (Foto: Pablo Ferrat)
En cuanto a la comunicación con el consulado mexicano, tanto Antonio como Pablo aseguran que ha sido buena y que siempre han estado en constante contacto. Por medio de correos electrónicos o mensajes de WhatsApp es en la manera en que se mantienen informados sobre la situación. Si bien ninguno de ellos ha decidido irse del país, la embajada les solicitó tener en todo momento sus papeles actualizados y el comprobante de vacunación de COVID-19 a la mano, en caso de que el conflicto se intensifique.
Por el momento, las familias mexicanas que fueron trasladadas a Ivano-Frankivsk permanecerán en dicha ciudad por un plazo de 7 días. La embajada de México cubrió los gastos de transporte, hospedaje y alimentación. En caso de una escalada, se tiene planeado emigrar hacia otro país, como Polonia o Hungría. Aunque habría otras opciones, pues Ucrania también colinda con Rumania, Moldavia, Bielorrusia y Eslovaquia (aparte de Rusia).
Antonio, por su parte, tiene planeado visitar tierras aztecas en los próximos meses. Para Pablo, la situación es un tanto diferente. Él tenía planeado viajar a España por cuestiones de trabajo, pero debido a la situación actual no cree que sea factible por el momento emprender dicho viaje. En tanto, ambos seguirán con sus planes a futuro en territorio ucraniano.
Fuente: infobae