La gente acude a la estación de tren para huir de la ciudad después de que Rusia anunciara un alto el fuego temporal en Kiev, Ucrania, el 7 de marzo de 2022. Foto: © Emin Sansar/Agencia Anadolu vía Getty Images
Desde que Rusia invadió Ucrania, más de dos millones de personas han huido del país y muchas de ellas viajan con sus mascotas ante la imposibilidad de abandonarlos.
Especialistas en el cuidado animal dicen que las mascotas se convierten en parte de la familia. Por ejemplo, en España ya existe un estatuto jurídico que las considera “seres vivos dotados de sensibilidad” y no como cosas, y se les confiere ser parte de los miembros de la familia.
Pero las regulaciones actuales para traer animales de compañía a la UE y el Reino Unido son imposibles de seguir para los refugiados en un estado de guerra. Exigen que los animales, como perros y gatos, estén vacunados y tengan un microchip y una prueba de título para la rabia, y muchos animales no cumplen con los criterios, informa la organización PETA (Personas por el Trato Ético de los Animales).
En el caso del trabajo de PETA Reino Unido, está actualizado sobre el proceso en las fronteras de Ucrania y ha gestionado que en países como Hungría, Polonia, Rumania y Eslovaquia la entrada de animales sea menos burocrática.
Por su parte, PETA Alemania ha ayudado a rescatar a más de 300 animales de compañía de Ucrania. Ayer tan solo salvó más 90 perros y gatos en la frontera con Polonia.
“No se está volviendo fácil, pero el grupo está trabajando las 24 horas para estar allí para los humanos y las mascotas que los necesitan desesperadamente”, indica PETA Alemania.
El trabajo de las organizaciones es apoyado por una red de ciudadano ucranianos que realizan milagros para poner a salvo a los animales.
La industria de las mascotas creció a escala internacional. La pandemia de Covid-19 obligó a más personas a quedarse en casa o trabajar desde casa. Esto condujo a una mayor demanda de mascotas como compañía, lo que elevó las tasas de adopción.
Este aumento en las adopciones de mascotas contribuyó al crecimiento financiero de diferentes ramas de la industria de las mascotas: alimentos, atención veterinaria, juguetes y necesidades de aseo. Con un valor del mercado global actualmente cercano a los 180,000 millones de dólares, se prevé que alcance aproximadamente los 240,000 millones de dólares para 2026, según la plataforma Petkeen.
El equipo de PETA se reunió con activistas locales y los más de 100 gatos y perros que habían sido traídos en un peligroso viaje de varios días desde un refugio en Kiev hasta llevarlos a salvo al otro lado de la frontera con Polonia.
La organización Animalistas Málaga se ha sumado a la ola de solidaridad que se extiende por España desde que comenzara la invasión de Ucrania y enviará a la frontera de este país un convoy el próximo lunes con dos autobuses para llevar alimentos y medicinas a refugios para animales y a su vuelta traer a personas y mascotas.
Este colectivo, “como tantos otros” según señalan desde la entidad, ha formado un grupo de voluntarios “para recoger, hacer de transportistas” y otras tareas con objeto de “subir a la frontera con Ucrania y dejar en protectoras de la zona, que están facilitando a quienes aún están allí medicamentos y alimentos” o directamente cuidando a animales abandonados.
La iniciativa arrancó en Málaga hace apenas unos días con cuatro puntos de recogida (Málaga, Marbella, Torremolinos y Nerja), aunque poco a poco se han ido sumando colaboradores y se reparte por muchos lugares de la provincia, además de Granada, Ciudad Real o Canarias, ha asegurado desde el colectivo María Luisa Cano.
Desde Animalistas Málaga han lamentado las consecuencias que esta guerra acarrea sobre la población, pero también sobre sus mascotas y bajo el lema “Ellos también necesitan nuestra ayuda”, han organizado una campaña de recogida de material veterinario, comida y pienso para mascotas, que también son víctimas de la situación.
Las mascotas de mexicanos en Ucrania
PETA Latino envió una carta al secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Causabón, tras reportes que informaban de que el plan de México para evacuar a sus ciudadanos de una Ucrania devastada por la guerra no incluiría a los animales de compañía. La organización instó a reconsiderar y permitir que los animales acompañen a las familias que huyen.
El pedido obtuvo una enorme cobertura mediática y, aparentemente, el cambio de opinión de los funcionarios. La Secretaría de Relaciones Exteriores confirmó que no habría restricciones para los animales de compañía.
Pero para la mexicana Ivette Rosano, quien vivía en Ucrania, no fue fácil traer a su perrita “Ramona” a pesar de contar con chip internacional, tener todas la vacunas, estar certificada como perro de servicio en Estados Unidos y permiso para poder viajar en cabina de aviones en viajes domésticos e internacionales. Le faltaba un documento ucraniano para sacar a las mascota, pero que finalmente y con trabas pudieron liberarlo.
Las personas que huyen para salvar sus vidas nunca deberían enfrentar la difícil decisión de abandonar a sus queridos familiares animales en una zona de guerra para padecer una muerte prolongada y aterradora por inanición, deshidratación y lesiones.
Explica la carta de PETA Latino: “A estos animales también se les debe ofrecer refugio, y son vitales para brindar consuelo a las personas traumatizadas que huyen en estos horribles momentos”.
El drama que viven las mascotas y sus dueños.
PETA Alemania ayudó Ludmilla, una ucraniana que encontró a un perro sordo y ciego atado a un poste de luz y protegió debajo de su chaqueta para mantenerlo caliente y a quien llamó el “pequeño erizo”; lo trajo junto con los otros animales cuando huyó de Kiev.
Lena huyó de Kiev con su compañero gato, Drácula, después de que un misil impactara en la casa de su vecino. Les tomó 20 horas viajar de Kyiv a Lviv, donde fue recogida por el equipo de PETA Alemania. Ella es una de los cientos de miles de personas que abandonan el país junto con sus amados animales.
Se trata de “ayudar a unas personas que están en guerra y a los animales que están dejando allí” porque “la situación es bastante desastrosa”, han apuntado, al tiempo que esperan poder encontrar a sus dueños cuando todo esto acabe, ya que “puede ser que no hayan sido abandonados por gusto”.
Es posible que algunas personas “se hayan visto obligadas por las circunstancias”, tal vez por “tener que subirse a un tren donde no podían llevar a sus mascotas”, ya que muchas se han quedado “atadas a cadenas” en la estación, han precisado desde esta asociación, que no juzgan sobre estas situaciones y entienden que “es una guerra y la gente está huyendo”.
Y desde la propia Comisión Europea se ha pedido a los países miembros que suavicen temporalmente las condiciones para la entrada de mascotas debido a la oleada de refugiados que se está produciendo por el conflicto bélico.
La reportera Ashleigh Stewart de Global News narró la historia de la muerte de activista Anastasiia Yalanskaya, una mujer ucraniana de 26 años y dos de sus compañeros quienes como voluntarios repartian viveres a una institución de apoyo a infantes y también repartían aliementos a refugios para mascotas en Bucha, a 30 kilómetros de Kiev cuando fueron alcanzados por disparos del ejército ruso.
Las historia se hizo viral en redes y en varios medios sin darle crédito a la reportera.
Dos días antes su muerte, Anastasiia Yalanskaya narró en su cuenta de Telegram:
“Fue un día ocupado.
Ayudamos a un jardín de infantes en Brovary, donde unos 40 niños se quedaron sin alimentos y artículos auxiliares, como pañales y servilletas; llevamos el envío de ayuda a un hospital militar; compramos comida para perros voluntarios que se quedaron sin la comida necesaria.
Como resultado, no se me permitió entrar en Kiev por la noche. La madre de mi amigo me dio de comer borscht (sopa de betabel) y me dejó pasar la noche.
No tenemos miedo. Estamos unidos como nunca antes. Nos ayudamos mutuamente. Nos paramos durante horas en los puestos de control y agradecemos a quienes nos protegen.
Ganaremos.”
Fuente: EFE