Para cubrir sus necesidades de financiamiento y ante una abultada deuda, Petróleos Mexicanos (Pemex) ha tenido que recurrir a otras opciones para poder financiar sus proyectos, así como pasivos con sus proveedores y contratistas; en ese tenor, ahora mira un “nuevo” esquema para obtener recursos adicionales para el aprovechamiento de residuales de la refinería de Tula en Hidalgo.
El mes pasado, el Consejo de Administración de Pemex autorizó un esquema de venta anticipada de Turbosina a Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), entidad que se encarga de suministrar el combustible a las aeronaves en México; el objetivo es que funcioné como un mecanismo de apoyo para la inversión en el proyecto de aprovechamiento de residuales en Tula.
“(El Consejo) autoriza a la administración de Petróleos Mexicanos y la de Pemex Transformación Industrial para que lleve a cabo las acciones que resulten necesarias para instrumentar el esquema comercial propuesto por el Banco Nacional de obras y Servicios Público, Institución de Banca de Desarrollo, para obtener los recursos necesarios para la ejecución del proyecto Aprovechamiento de Residuales en la Refinería Miguel Hidalgo”, se lee en la versión pública de la acta de la sesión extraordinaria del 14 de junio.
Para este esquema comercial se indicó que antes de la implementación se propondrá, evaluará y en caso de ser necesario, se va a determinar un techo o valor máximo del precio de venta a ASA, esto para proteger a Pemex de eventos de un “Valor Presente Neto” negativo del proyecto ante escenarios extremos del precio de venta de turbosina.
Este año, Pemex regresó al nivel de ventas de turbosina prepandemia; en los cinco primeros meses de 2022 promedió un volumen de 86,000 barriles diarios, los cuales significan 37,942 millones de pesos de ventas.
No es la primera vez que Pemex voltea a ver otros esquemas de financiamiento; este año anunció un mecanismo de intercambio de deuda comercial por deuda financiera para refinanciar facturas para cubrir una parte de sus adeudos con sus proveedores, con el cual se pudo saldar más de 40,000 millones de pesos, según información de la empresa productiva del Estado.
Proyecto reactivado
El proyecto de aprovechamiento de residuales en la refinería de Tula se arrancó en la administración pasada, pero no se concluyó; el fin es contar con una reconfiguración óptima de proceso de crudo, eliminando la restricción que provoca el incremento del inventario de combustóleo en su capacidad de procesamiento.
Entonces, la reconfiguración permitirá generar productos de mayor valor provenientes de hidrocarburos, a partir de los residuales de la refinería, eliminando la producción de combustóleo generando coque sólido y productos intermedios como gasolina, diésel, gases licuados como el propano, propileno, butano, butileno, así como la nafta de coque, diésel de coque y gasóleo de coque.
Estos productos posteriormente serán procesados en plantas complementarias para transformarlos en productos terminados que son enviados a diferentes mercados para su utilización.
El desarrollo del proyecto se conceptualizó en cuatro paquetes o componentes principales: una coquizadora, plantas nuevas de hidrógeno, hidrodesulfuradora de naftas, hidrodesulfuradora de
diésel, isomerizadora de butanos, reformadora, alquilación y azufre.
También contempla la modernización de otras plantas y servicios de recuperación de azufre, planta de tratamiento de agua, generación de vapor, vialidades, gas combustible, sistemas de drenaje, agua contra incendio, efluentes y desfogues.
La administración del presidente Andrés Manuel López Obrador se planteó culminar con la modernización de esta refinería de Pemex y reactivar lo que se dejó parado en el sexenio pasado; en noviembre del año pasado, anunció una inversión por 60,000 millones de pesos para terminar con la planta coquizadora.
“Esta planta se inició en el sexenio pasado, se paró por cuestiones de corrupción, aquí estuvo metido el equipo de Odebrecht, famoso, y encontramos cuando llegamos que la planta estaba inconclusa, emproblemada en lo administrativo, se le debía a las empresas y teníamos 2 opciones: dejarla así inconclusa o terminarla”, indicó el presidente.
Fuente: forbes