Cuando la película The Northman (El hombre del Norte), dirigida por Robert Eggers y estrenada en el año 2022, llega más o menos a la mitad de metraje, el espectador contempla asombrado cómo una multitud empieza a reunirse para participar en el equivalente islandés de un torneo medieval. En el filme, tanto los jefes locales como sus familias observan cómo cinco hombres gigantescos se alinean a ambos lados de un campo. En sus manos portan una especie de bate y, a una señal, los enormes jugadores cargan los unos contra los otros de manera brutal, se golpean violentamente con los bates y con los puños hasta caer inconscientes, algunos incluso muertos. Se trata de un juego extremo, y con una única regla: hacer llegar una pelota al otro lado del campo valiéndose de cualquier medio que sea necesario.
Pero ¿cuánto de histórico tiene esta escena? Según William Short y Reynir A. Óskarson, expertos en la guerra vikinga, lo que ocurre en la ficción no se halla muy lejos de la realidad. Ambos investigadores son los autores de un libro titulado Men of Terror (hombres de terror), que analiza desde el punto de vista cultural y funcional las técnicas de combate empleadas por los vikingos. Como miembros del grupo de arqueología experimental Hurstwic Viking Combat, una organización especializada en recrear las costumbres de este antiguo pueblo nórdico, ambos se propusieron devolver a la vida aquel tipo de «juego», aunque hacerlo de una forma veraz resultaba bastante complicado.
UN ORIGEN CONFUSO
El nombre islandés para este tipo de juego es knattleikr, que podría traducirse literalmente como «juego de pelota». Las reglas son bastante vagas, y solo algunas sagas(narraciones en prosa originarias principalmente de Islandia, escritas de forma anónima) lo mencionan. De hecho, son cinco las sagas nórdicas que pueden ser utilizadas como fuente para documentar este juego: la Saga de Grettir el Fuerte, escrita entre los siglos XIII y XIV; la Saga de Gísla Súrssonar, datada entre los años 1270 y 1320 (aunque los hechos que narra son anteriores a esa época) y que muestra las disputas entre miembros del bondi (la clase media vikinga); la Saga de Egil Skallagrímsson, del siglo XIII, que cuenta la vida del poeta del mismo nombre; la Saga Eyrbyggja, que hace referencia a los conflictos entre los clanes vikingos islandeses, y, por último, laSaga de Vápnfirðinga, donde se narra el conflicto entre los caudillos Helgi Þorgilsson y Geitir Lýtingsson.
El nombre islandés para este tipo de juego es knattleikr, que podría traducirse literalmente como juego de pelota.
Así, las sagas islandesas revelan que, al parecer, el knattleikr solía jugarse sobre grandes masas de hielo, con unos bates llamados knattré, con el extremo más ancho y en forma de pala, y una pelota (knattgildra), cuya dureza la hacía rebotar sobre el hielo endurecido, lo que podía acabar provocando graves heridas a los jugadores. Las sagas tampoco se ponen de acuerdo en el lugar concreto donde se practicaba el juego. Mientras que la SagaVápnfirðinga sí especifica lugares concretos, como Hagi, la SagaEgils identifica la llanura ribereña del río Hvítárvellir. Por su parte, la de Grettir el Fuerte hace lo propio con Seftjörn y, finalmente, la SagaEyrbyggia, con la montaña Öxl. El número de jugadores participantes también es confuso. Mientras que en algunos textos se menciona a unos pocos, en otros se habla de varias docenas.
PREDECESOR DE OTROS DEPORTES
En realidad, el knattleikr se menciona poco en las sagas, por lo que con las pocas referencias de las que se dispone no se puede saber con exactitud cuáles eran las reglas de este juego. De todos modos, los investigadores lo han intentado y han llegado a plantear algunas hipótesis. Según parece, cada jugador de knattleikr se emparejaría contra otro de similares características físicas del equipo contrario. Solo en casos excepcionales, dos jugadores se enfrentaban a uno solo.
Durante la duración de un partido de knattleikr, las parejas se golpeaban brutalmente y hacían todo lo que fuera necesario para vencer a su rival. Pero solo competían entre sí; a ninguno se le permitía interferir con un jugador con el que no estuviese emparejado. Solo en el caso de que en una de las parejas uno de los contendientes hubiera vencido ya a su oponente, se le permitía ayudar a otro compañero. Al parecer, el objetivo final del juego era hacer pasar una pelota a través de una especie de portería, y aunque algunas fuentes apuntan a que cada pareja jugaba con su propia pelota, la mayoría de autores está de acuerdo en afirmar que en realidad solo se usaba una en cada partido.
Las parejas se golpeaban brutalmente y hacían lo que fuera necesario para vencer a su rival.
Lo que sí está claro es que el knattleikr era un deporte de contacto, extremadamente duro y violento. De hecho, era aquella violencia lo que atraía a los espectadores, que esperaban ver sangre y quizá también alguna muerte durante el combate. Pero ¿en qué se basaba el knattleikr? Algunos historiadores y recreadores históricos piensan que se parecía mucho a un juego llamado «pelota redonda», un deporte muy parecido al actual béisbol. Tampoco faltan los estudiosos que opinan que en realidad es probable que el knattleikr derive del hurling gaélico (un deporte de equipo de origen celta), cuyos orígenes se remontan miles de años, en el que los jugadores utilizan unos bastones llamados hurley, similares a los sticks utilizados en el hockey moderno, con el que se golpea la sliotar (pelota) para conseguir marcar en la portería contraria, que es igual que la del actual rugby.
En cualquier caso, queda claro el marcado carácter físico del knattleikr y las mínimas normas de que constaba este juego. Es posible incluso que el partido se prolongase hasta el límite de la resistencia de los jugadores. Y es que hay crónicas que narran que hubo un encuentro que duró todo un día y que solo se detuvo al caer la noche para continuar al día siguiente. Y ¿quiénes podían jugar al knattleikr? Pues al contrario de lo que cabría esperar, al parecer jugar al knattleikrno era una prerrogativa única y exclusiva de los hombres; las sagas también mencionan un knattleikr adaptado para los niños llamado sveinaleikr.
Fuente: National Geographic