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Bela lugosi, el actor que dio vida a drácula y murió creyendo que era un vampiro

Líder sindical y antifascista que luchó contra monstruos de verdad. Siempre se le recordará como al conde Drácula por excelencia del cine.

En la actualidad, pocas personas saben que Bela Lugosi, el famoso actor húngaro que dio vida al conde Drácula en la gran pantalla, nacido el 20 de octubre de 1882 en el seno de una familia acomodada en Lugoj, en la actual Rumanía, fue en la vida real un líder sindical y antifascista que luchó contra los monstruos de verdad. A pesar de ser coronado por la industria del celuloide como el «Príncipe de las Tinieblas de Hollywood», Bela Lugosi fue una figura extraña en la industria cinematográfica. Llegó a amar tanto al personaje que interpretó en tantas ocasiones, que murió creyendo ser el conde Drácula. La suya, como la de tantos actores de la época en el mundo del cine, fue una vida llena de excesos, matrimonios, drogas y bancarrotas. En una lenta decadencia, ya en su vejez, Lugosi tuvo que conformarse con interpretar papeles en películas de serie B y de muy bajo presupuesto.

PRIMEROS PASOS EN EL TEATRO

Su nombre real era Béla Ferenc Dezso Blaskó y su familia gozó de buena posición social y económica en su Rumanía natal (el padre era banquero). Pronto, el joven Bela empezó a demostrar afición por la interpretación, pero esta idílica situación se truncó en el momento en que su padre murió, cuando Bela tenía sólo doce años.

La economía familiar se resintió con la muerte del cabeza de familia, de tal manera que el pequeño Bela se vio obligado a trabajar como minero en unas condiciones muy duras.Además de minero, Bela también desempeñó otras profesiones como ferroviario y peón. A pesar de que existía la percepción de que su infancia había sido muy feliz antes de la muerte de su padre, en diversas entrevistas que el actor concedió años más tarde comentó sutilmente que había recibido maltrato psicológico por parte de su padre, que al parecer era un hombre dominante y absorbente.

Bela Lugosi llegó a decir que su infancia no había sido tan feliz como se pensaba, pues tuvo un padre dominante y absorbente

Cuando la situación familiar se estabilizó, Bela comenzó a estudiar interpretación en la Academia de Música y Artes de Budapest, y a los 19 años ya era una estrella en su país, donde adoptó el nombre artístico de Arisztid Olt. Bela se especializó en interpretar papeles en obras de Shakespeare, aunque tambien quisó interpretar otro tipo de géneros –que luego Hollywood le vetaría– como la comedia. En cierta ocasión, llegó incluso a interpretar a Jesucristo, fue Romeo, Hamlet y Macbeth, así como el conde Weonsky de Ana Karenina. Con frecuencia interpretaba papeles de galán, y en esta época adquirió fama de mujeriego. Sin embargo, y pese a ello, Bela era un hombre muy serio y dedicado a su profesión. Actuó en los mejores escenarios de su país, como el teatro de Szeged, el Magyar Szinh de Budapest y el Teatro Nacional Húngaro de Budapest, con una profesionalidad intachable.

SINDICALISTA Y EMIGRANTE

En la medida en que el cine ganaba popularidad como forma de arte, Lugosi empezó a protagonizar algunas de las primeras películas mudas de Hungría. De todos modos, permaneció en la compañía del Teatro Nacional hasta 1918, año en que se dejó seducir por los postulados revolucionarios. Lugosi participaba en protestas contra los bajos salarios, la explotación laboral y el trato injusto que se daba a los jóvenes actores, y pronto se dio cuenta de la influencia que podían tener los artistas en las luchas políticas. Lugosi apoyó al partido comunista húngaro, fundado en diciembre de 1918, encabezó una manifestación de actores en marzo de 1919 y jugó un papel decisivo en la fundación de la Organización Libre de Trabajadores Teatrales, que más tarde se convirtió en el primer sindicato de actores de cine del mundo, el Sindicato Nacional de Actores.

La protestas de Lugosi en contra de las condiciones de los jovenes actores le llevaron a ser decisivo en la fundación de la Organización Libre de Trabajadores Teatrales

La crisis política de su país le obligó a emigrar a Alemania,donde interpretó adaptaciones de novelas de Karl May formando pareja habitual con la actriz judía Dora Gerson. El éxito que consiguió le abriría las puertas para trabajar con grandes directores como Michael Curtiz, futuro director de Casablanca, y Friedrich Wilhelm Murnau (paradójicamente, el realizador de Nosferatu), que le brindó la ocasión de aparecer en su primera gran película de terror, Des Januskopft(La cabeza de Jano), de 1920. Pero en los albores del nazismo, la situación en Alemania se complicó y Lugosi decidió emigrar a los Estados Unidos a pesar de que su inglés en aquel entonces no era muy fluido.

DE BROADWAY AL ÉXITO

Tras un período de inestabilidad, fueen BroadwaydondeLugosi consiguió, en 1927, hacerse con el papel de su vida: intepretar al conde Drácula en la obra teatral del mismo título. La función fue un éxito y Lugosi se afianzó como actor, aunque por ahora sin alcanzar demasiado renombre. Su matrimonio con la millonaria Beatrice Week, que fue de corta duración debido a su affaire con la estrella del cine mudo Clara Bow, le supuso una publicidad extra.

La gran oportunidad de Bela Lugosi llegó cuando otro mito del cine de terror, Lon Chaney, por motivos de salud, no pudo encarnar al conde Drácula en la gran panatalla. Tod Browning, su director, pensó en Lugosi para interpretar al terrorífico personaje. Lugosi aceptó el papel que acabaría convirtiéndolo en una estrella mundial. Poco después rechazó intervenir en el film Frankenstein, aludiendo a la escasez de diálogo y al exceso de maquillaje. El papel fue para Boris Karloff, su «rival» en el estrellato del cine fantástico y de terror en los años treinta y cuarenta.

Durante toda la década de 1930 y la primera mitad de la de 1940, Lugosi no cesó de trabajar en multitud de películas de fantasía, intriga, ciencia-ficción y terror entre las que destacan El doble asesinato de la calle Morgue, del año 1932, un film dirigido por Robert Florey y basado en un texto de Edgar Allan Poe; La legión de los hombres sin alma, una película de 1932 en la que se presenta una historia de zombies dirigida por Victor Halperin, y en 1932 interpretó una adaptación de una novela del escritor H. G. Wells, La isla de las almas perdidas, dirigida por Erle C. Kenton. En los años siguientes actuó en Satanás, de 1934, y La marca del vampiroEl cuervo, en 1935. Siguiendo su estela de éxitos, en 1939 actuó en La sombra de Frankenstein y Asesinato por televisión. También en este período apareció brevemente en la sátira política de Ernst Lubitsch Ninotchka, protagonizada por la glamurosa actriz sueca Greta Garbo.

Sustituir a Lone Chaney, el actor que debía encarnar el papel de conde Drácula, convirtió a Bela Lugosi en una estrella mundial. A partir de aquí apareció en multitud de películas de fantasía, intriga, ciencia-ficción y terror

AÑOS OSCUROS Y MUERTE DEL «CONDE»

En los años cuarenta, un Bela Lugosi adicto a las drogas llegó a creerse el papel que lo había hecho famoso y tan sólo lo llamaban para interpretar películas de serie B, muchas de ellas parodias. Los títulos más importantes en los que participó en aquella década fueron Frankenstein y el hombre loboEl fantasma invisible o El regreso del vampiro.Olvidado por los grandes estudios e inmerso en su adicción a la morfina, Bela Lugosi pudo regresar a la gran pantalla gracias al requerimiento del director Edward D. Wood Jr. (Tim Burton retrataría la relación entre Lugosi y Wood, hoy en día considerado un director «de culto», en su película Ed Wood), gran admirador suyo –Wood fue considerado tras su muerte como el peor director de la historia del cine–. Bajo las órdenes de Wood, Lugosi apareció en dos películas de bajo prespuesto: ¿Glen o Glenda? La novia del monstruo. En Plan 9 del espacio exterior, filmada en 1956, se incorporan escenas en las que aparece el actor húngaro que había fallecido antes del rodaje.

Encasillado en películas de serie B, Lugosi regresó al cine de la mano de Edward D. Wood Jr. inteprentando varios papeles hasta su muerte

Se dice que Bela Lugosi dijo antes de morir: «Soy el conde Drácula, el rey de los vampiros, soy inmortal». El inolvidable conde Drácula murió de un ataque al corazón el 16 de agosto de 1956 a los 73 años. Lo encontró la actriz Hone Linipeg, su quinta esposa. Béla Ferenc Dezso Blaskó fue enterrado en el cementerio Holy Cross de Culver City, California, con la capa del personaje que le hizo famoso, al parecer por expreso deseo de su hijo. A su funeral acudieron tan sólo sus familiares y algunos antiguos compañeros de profesión, entre ellos su compatriota Boris Karloff, el también inolvidable Frankenstein. Con su muerte, nacía una de las leyendas más imperecederas del cine de terror de todos los tiempos.

Fuente: Historia | National Geographic

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