En el río Irawadi, en Myanmar, los pescadores golpean los costados de sus barcos y esperan. Si tienen suerte, aparece un delfín gris con la cabeza redondeada y una sonrisa burlona. Se trata de delfines del ríoIrawadi, mamíferos sociables e inteligentes que han pescado junto a los humanos durante generaciones.
Los delfines conducen a los peces hacia las redes de los pescadores y, a cambio, estos les dejan quedarse con los peces que quedan atrapados cerca de los bordes o en el barro del fondo.
Una delfina llamada Gotama es conocida por dar una señal especial, un coletazo, justo antes de que los pescadores lancen sus redes. Ella le enseñó esta señal a su cría, para alegría de los pescadores.
“Se trata de un fenómeno bastante inusual en el mundo en términos de cooperación entre humanos y fauna silvestre. Por lo tanto, es algo que no solo nos interesa conservar a nivel de especie, sino también a nivel cultural”, afirma Brian Smith, experto en delfines de río e investigador recientemente jubilado de la Wildlife Conservation Society. “Es una lección para la humanidad sobre nuestra relación con la fauna silvestre”.
Aunque estos pescadores y sus redes de mano suelen tener una relación amistosa con los delfines, no todas las zonas del río son tan hospitalarias. Trágicamente, las redes de enmalle, que cuelgan verticalmente y atrapan a los peces por las branquias, están enredando a los delfines y llevándolos a la extinción. Si no se toman medidas urgentes, estas criaturas cooperativas y curiosas podrían desaparecer para siempre.
“Si no controlamos la muerte accidental de estos animales en las redes de pesca”, dice Smith, “especialmente en las redes de enmalle, la especie desaparecerá”, de forma similar a lo que ocurrió con el delfín del río Yangtsé, que desapareció de las aguas de China en 2006, a pesar de los esfuerzos de conservación, así como con la vaquita marina de México, que quedó reducida a unos 10 individuos.
La leyenda sobre el origen de los delfines del río Irawadi
Los delfines del río Irawadi son más que simples compañeros de pesca útiles. Son una parte importante de la comunidad, ya que apoyan la industria del ecoturismo de la región y forman parte del folclorelocal.
Una leyenda cuenta la historia de dos niños traviesos a los que enviaron a recoger leña. Perdidos y hambrientos, encontraron la cabaña de un chamán. Después de comer arroz encantado y sumergirse en el río para beber agua, se transformaron en delfines. Cuando los aldeanos los encontraron, ya era demasiado tarde para revertir el hechizo. “Así que la gente los cuida porque los ven como si fueran niños”, narra Danielle Kreb, científica de la organización sin ánimo de lucro Yayasan Konservasi Rare Aquatic Species of Indonesia.
Los delfines del río Irawadi también tienen un truco peculiar: escupen agua. Pero no lo hacen solo por diversión. Lo utilizan para reunir a los peces en grupos compactos y que así sean más fáciles de atrapar. Algunos científicos incluso piensan que podrían hacerlo para impresionar a una posible pareja.
Los delfines del río Irawadi son únicos entre los mamíferos marinos porque son una de las seis especies que pueden vivir en agua dulce. Pero también pueden habitar en aguas costeras, una característica que comparten aún menos especies.
Su área de distribución incluye zonas de aguas costeras del sur y sudeste asiático, así como tres ríos concretos: el Mekong en Camboya, el Mahakam en Indonesia y el Irawadi en Myanmar. Aunque la especie en su conjunto está catalogada como en peligro de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), las poblaciones de estos tres ríos se consideran en peligro crítico, con menos de 100 individuos estimados en cada uno.
Fuente: National Geographic


























































