Hace poco más de un año, la Cámara de Comercio de Estados Unidos (EU) anunció que la revolución de la IA estaba en marcha . Un estudio de su Centro de Participación Tecnológica indicó que el 98 % de las pequeñas empresas ya utilizaban inteligencia artificial.
“Las pequeñas empresas que apuestan por la adopción de la IA y otras tecnologías emergentes están creciendo, compitiendo y alcanzando el éxito a mayor escala”, afirmó Jordan Crenshaw, vicepresidente sénior de la Cámara. Según Crenshaw, la IA les permite a las pequeñas empresas “superar sus límites”.
Si todo esto fuera cierto, cabría esperar que las pequeñas empresas lucieran muy diferentes a estas alturas. Sin embargo, eso no es lo que dicen los líderes de pequeñas empresas. Conversaciones con tres empresarios sugieren algo mucho más modesto. Utilizan IA, pero sobre todo cuando viene integrada en el software que ya utilizan. Y cuando la utilizan directamente, es principalmente como una forma más rápida de buscar en internet.
Rand Larsen, de 29 años, dirige Scalepath , una empresa que crea grupos de pares para que los propietarios de pequeñas empresas aprendan unos de otros. Comenta que pocos de sus miembros desarrollan herramientas para sí mismos utilizando IA. La mayor parte de la IA que utilizan es invisible, integrada en software que ya pagan.
Un miembro de Scalepath, una empresa de limpieza, utiliza Zapier, una herramienta de flujo de trabajo con inteligencia artificial, para canalizar las reseñas de Google a ChatGPT, que redacta las respuestas y las publica automáticamente. Larsen afirma que esto le ahorra a la empresa unos 20 minutos al día. No es poca cosa, pero no es un avance revolucionario. Otro utiliza un software de gastos que escanea recibos y los clasifica automáticamente.
Larsen afirma que herramientas como estas ahorran tiempo, a menudo una hora o menos al día, pero aún requieren supervisión humana. Los intentos más ambiciosos, como usar IA para analizar declaraciones de impuestos o documentos comerciales, tienden a fracasar bajo escrutinio. “Simplemente aún no está del todo listo”, dice Larsen. “Aún hay que verificar su funcionamiento”.
Así es cómo las pequeñas empresas utilizan realmente la IA
Él ha visto lo mismo de primera mano. En Scalepath, Larsen usó Replit , una herramienta de programación de IA, para crear un nuevo sitio web y un sistema back-end para un servicio que conecta a empresarios con coaches. Esto le ahorró miles de dólares en costos de desarrollo. Pero incluso eso, dice, requirió revisión humana para corregir fallas de seguridad y pulir el diseño. El único lugar donde ve un uso directo generalizado de herramientas como ChatGPT es como sustituto de las búsquedas de Google.
Alex Jones ha visto el mismo patrón.
Jones, de 42 años, dirige iRepairBermuda , un taller de reparación y venta de electrónica con 12 empleados en Hamilton, Bermudas, que adquirió en 2015. Jones utiliza IA para desarrollar pequeñas herramientas de software internas. Una de ellas es una sencilla aplicación de productividad que registra las tareas y el tiempo dedicado a ellas. Hay muchas aplicaciones con funciones similares que podría comprar, pero Jones quería personalizar la suya.
Las pequeñas empresas que Jones conoce utilizan la IA “como una búsqueda de Google encubierta”. El verdadero aumento de la productividad, afirma, ha sido modesto. Cree que la tecnología seguirá mejorando, pero duda que provoque una transformación económica. “Probablemente solo mejorará la productividad en un pequeño porcentaje anual”, afirma Jones.
Ese escepticismo no ha impedido que otros experimenten.
En Flagstaff, Arizona, Fady Ebeid ha descubierto que la IA es útil para agilizar las tareas rutinarias, aunque no ha transformado su empresa. Ebeid, de 31 años, es propietario de Pinnacle Building Services , una empresa de limpieza comercial con unos 70 empleados, desde 2022. Utiliza una herramienta llamada Invideo para convertir manuales de capacitación escritos en videos instructivos cortos, afirmando que así los empleados más jóvenes asimilan mejor la información. Grabar un video toma unos diez minutos.
También está probando Clay , una herramienta de datos para investigar oportunidades de venta, y ha animado a su equipo de ventas a usar ChatGPT para redactar propuestas más rápido. La IA ha agilizado algunas tareas para Ebeid, pero no ha cambiado la naturaleza del negocio. “Está ayudando”, dice, “pero no es que nuestro negocio haya cambiado por completo”.
Por ahora, las grandes promesas de la IA no se han materializado en el mercado general. La mayoría de las pequeñas empresas solo la utilizan cuando está integrada en las herramientas que ya utilizan o como una forma más rápida de buscar información. El uso generalizado de herramientas como ChatGPT, junto con las propias vistas generales de IA de Google , ayuda a los propietarios a obtener respuestas al instante, pero es un arma de doble filo: se ha convertido en la opción predilecta para casi todos, desviando tráfico de los sitios web, incluidos los propios, ya que las personas recurren a resúmenes generados por IA en lugar de navegar por páginas web. La IA ahorra tiempo en los entornos periféricos, no redefine la gestión de sus negocios.
Fuente: forbes US
