El Gobierno, en general, no produce nada; en particular el de México produce petróleo.
Y todos los gobiernos gastan en obras como escuelas, hospitales, carreteras, puertos, seguridad para los ciudadanos, procuración de justicia y claro, una parte en forma de ayudas sociales.
Otro canal de ingreso del Gobierno es la recaudación de impuestos, lo que genera una ecuación muy simple:
Venta de Petróleo + Recaudación de Impuestos + Otros ingresos = Ingreso del gobierno.
Las finanzas de un gobierno no son distintas a las de una empresa y/o las finanzas personales; esto es, usted gasta con base en lo que gana, si gana 120 mil pesos sus gastos de manera inteligente, honesta y lógica, estarán en máximo 120 mil pesos, pero si requieren más ingreso echa mano del crédito, de igual forma lo hace la empresa que dirigen y, esperaríamos que el Gobierno también. Pero ¿Qué pasa si el gobierno trae un tren de gastos muy fuerte, y tiene cada vez menos ingresos por su rubro más importante como es la venta de petróleo? ¿qué debe hacer ante ingresos limitados?
Según el “Informe sobre la Situación Económica, las Finanzas Públicas y la Deuda Pública al segundo semestre de 2025” publicado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público el 30 de julio pasado, la recaudación de impuestos ha venido creciendo de manera pronunciada en los últimos 10 años.

Como se muestra en la gráfica que elabora la propia Secretaría se observa un crecimiento sostenido en la recaudación de impuestos desde 2012 y que se mantiene estable entre los años 2017 al 1019 y vuelve a continuar creciente a partir del 2020 que es el año en el que se suspendieron actividades y cae en 2021 y 2022 como efecto de la pandemia, recordemos que los impuestos se pagan a periodo pasado y que en este año, inicia la guerra en Ucrania y los que los alimentos sufrieron el efecto inmediato de ello y algunas exportaciones se frenaron momentáneamente; finalmente en 2023 vuelve a incrementarse la recaudación y así se ha sostenido hasta hoy, la proyección de la SHCP es que en 2025 siga el ritmo y la recaudación pase del 14.6% en 2024 a 14.7% del PIB en 2025.
Entonces si esto es así, ¿por qué algunos diputados y senadores del oficialismo dicen que es necesaria una reforma fiscal (miscelánea impositiva)? Bueno hay que ver el rubro de la venta de petróleo que también ha tenido su comportamiento particular.
Según el documento elaborado por Instituto Mexicano para la Competitividad denominado “Pemex en la Mira” publicado también en Julio de este año.
Podemos ver que los ingresos por venta de petróleo han disminuido, dada la combinación de la variación de los precios internacionales, el mejor año que ha tenido dicho indicador fue en 2022 cuando inició el conflicto en Ucrania, pero al año siguiente de nuevo volvieron a niveles menores a los 70 usd en promedio por barril.

Lo más grave es que a pesar de las grandes inversiones y continuos rescates a PEMEX, la producción petrolera ha disminuido de manera importante, como podemos ver en la gráfica del documento del IMCO:

Actualmente Pemex produce casi la mitad de lo que producía en 2011 justo antes de la Reforma Energética propuesta por Peña Nieto, pero que en 2020 se desmanteló.
Ambos efectos de los canales de ingresos del Gobierno y el enorme gasto que mantiene en programas sociales son lo que a juicio de algunos personajes en el Poder Legislativo, están presionando a una nueva estructura de recaudación para aquellos que pagamos impuestos de manera cautiva.
Si bien ya pagamos impuestos al consumo como es el IVA y el impuesto a creación de riqueza como es el ISR, y que ya es lo suficientemente alto para aportar al erario buenos ingresos, el problema viene con a forma en como gasta el Gobierno, el derroche de recursos en programas que no tienen un retorno real, pero que son de alto impacto electoral y compran aceptación de la ciudadanía -o si se prefiere, del pueblo- son programas que aunque sean caros, no serán retirados ni en el corto ni en el lago plazo, porque son efectivos para los fines del oficialismo.
¿Si el Gobierno no produce petróleo, y la recaudación no alcanza? lo único que queda es o más deuda o más recaudación a los de siempre. Por esta razón las voces de los senadores y diputados en el sentido de que “hace falta una reforma fiscal”, es una amenaza de que, en la siguiente legislatura, seguramente se estará aprobando una nueva miscelánea que seguirá mermando la capacidad económica de la clase media.
No conozco a nadie al que le encante pagar impuestos, pero cuando vemos el derroche de los políticos y las necesidades en la sociedad -o el pueblo y todos somos pueblo- en verdad que uno se cuestiona como para qué pagar impuestos, ojalá que la promesa de la Presidente Sheinbaum sea cumplida y no haya aumento de impuestos, pero todo indica que es una amenaza desde el legislativo.
Nos leemos la próxima semana.




















































